Los niños de 3 años representan una gran diversión al llevarlos a los controles. Son tan curiosos sobre lo que sucede y están ansiosos de cooperar. Les encanta informar su nombre y edad, y contarle al doctor o la enfermera sobre su vida. También les interesa su cuerpo, y no están tan a la defensiva como lo están muchos de 2 años. Trata de no ir a la hora de la siesta o con el estómago vacío; nadie aprovechará la experiencia.
En esta visita el profesional probablemente:
Pesar y medir a tu niño. Haz clic aquí para ver la tabla de crecimiento.
El médico puede agregar algunos elementos nuevos:
- De ahora en adelante controlará su presión arterial.
- El médico le hará preguntas y le dará indicaciones. Trata de no ayudar a tu hijo; al médico le interesan sus respuestas. Quédate en la sala y cerca de él para más tranquilidad, pero fíjate cuánto puede manejar él solo.
- El médico probará la visión y audición de tu hijo (hasta ahora, tu bebé probablemente haya tenido pruebas oculares y auditivas solo si tú o el médico sospechaban que había un problema). Infórmale al médico si hay antecedentes familiares de problemas de visión o auditivos precoces.
- Algunos médicos controlan muestras de orina. Infórmale al médico si a tu hijo le duele al orinar, si tiene goteos o no puede contener la orina, o si ha vuelto a hacerse encima luego de haber sido entrenado para usar el baño.
- Quizás le pidan a tu hijo que realice dibujos, lo cual proporciona información útil acerca del desarrollo y bienestar de tu hijo. También sería bueno llevar algunas de sus creaciones a casa.
Tu médico deseará saber lo siguiente:
- ¿Tu bebé ha consultado a otro profesional desde la última visita? De ser así, ¿por qué? ¿Cuál fue el resultado de esa visita? ¿Se recetaron medicamentos o tratamientos?
- ¿Tu bebé salta, patea una pelota, o maneja un triciclo u otra bicicleta de tres ruedas para niños?
- ¿Sabe su nombre?
- ¿Sabe jugar bien con otros niños?
- ¿Han aumentado sus berrinches?
Conversa
- Si tu hijo asiste a guardería o preescolar, puede que las maestras de ahí hayan mencionado inquietudes. Habla de ellas con el médico.
- Si tu hijo aún no ha ido a guardería o preescolar, y tienes pensado anotarlo, tu médico puede darte algunas pautas sobre cómo buscar un buen programa.
- Si los abuelos u otros familiares han mencionado alguna inquietud sobre tu hijo, conversa sobre esto con el médico.
- Infórmale al médico si tu hijo parece tener problemas para comer o dormir. Si ronca o tose por la noche, pregúntale qué hacer al respecto.
- Dile al médico si tienes alguna dieta especial, como por ejemplo, una vegetariana o de colesterol bajo. El médico te puede ayudar a garantizar que tu niño en crecimiento y toda la familia reciba la nutrición adecuada.
- Conversa sobre cómo le va con el entrenamiento para usar el baño. Menciona si ha habido alguna recaída en esta cuestión. Puede que necesites un poco de orientación.
- Si tienes problemas con la disciplina, háblalo ahora.
¡Habla sin reservas!
Los siguientes elementos sobre problemas especiales, así que asegúrate de decirle al médico si tu hijo:
- No habla con oraciones reales ni hace preguntas con las palabras correspondientes (quién, qué, dónde, cuándo y por qué).
- No sigue cuentos ni muestra interés en libros.
- Siempre se para demasiado cerca de la televisión o le gusta el volumen muy fuerte.
- Entrecierra los ojos.
- Tiene muchas dificultades para separarse de ti.
- No se relaciona del todo con otros chicos cuando están en grupo.
- No está feliz la mayor parte del tiempo.
- No sabe su nombre y edad.
También asegúrate de mencionar lo siguiente:
- Si un miembro de la casa o alguien que tiene contacto frecuente con tu hijo tiene tuberculosis, hepatitis u otra enfermedad infecciosa grave. Tu hijo quizás necesite pruebas o tratamiento.
- Si ha habido un brote de diarrea o cualquier enfermedad contagiosa en su escuela o guardería, o en tu oficina. Tu hijo quizás pruebas o tratamiento especiales.
- Si ha habido un cambio importante en tu familia o en la situación.
- Si no tienes seguro de salud para tu hijo.
Finalmente, un control a los tres años es la oportunidad para conversar sobre las inquietudes con el médico y asegurarte de que tu hijo está en el buen camino en su desarrollo. ¡Así que aprovecha la oportunidad!