Qué tener y qué no en el gabinete de medicamentos
Un botiquín bien equipado es esencial ahora que tu niño pequeño se traslada. Es hora de sumar nuevos elementos:
El número de teléfono de Emergencias y del Centro de toxicología
Pomada antibiótica para cortes pequeños y raspaduras
Frascos de paracetamol a prueba de niños, ibuprofeno, loción de calamina (simple), vitaminas para niños (si tu hijo tiene que tomarlas), solución electrolítica para la diarrea (controla la fecha de vencimiento) y protector solar (lo ideal es FPS 50)
Termómetro digital (los termómetros de mercurio ya no se recomiendan); un termómetro de oído es fácil de usar a esta edad, pero es más costoso que uno digital básico que se puede usar por vía rectal o debajo del brazo en un niño pequeño
Vendajes autoadhesivos de todos los tamaños
Pinzas
Cinta de papel y gaza para cubrir raspaduras más grandes
Una bolsa de hielo o una bolsa de arvejas congeladas para golpes y torceduras
Asegúrate de tener estas cosas fuera de tu botiquín:
Aspirina. Puede provocar en los niños pequeños una enfermedad hepática grave llamada síndrome de Reye.
Jeringas de oído. Tienen puntas largas y puntiagudas que pueden perforar un tímpano si se utilizan mal. Usa una bombilla de nariz (el tipo que tiene el extremo muy redondeado) para limpiar los oídos, de ser necesario.
Los medicamentos de adultos, incluidas las vitaminas y los suplementos alimenticios. Si usas medicamentos alternativos para tu hijo, pide a tu médico o farmacéutico que controlen los componentes para asegurarse de que sean seguros para niños.
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