Alimentación del bebé: cuándo cambiar a la leche

La leche es uno de los alimentos más importantes en la vida de los niños. Es una fuente inigualable y relativamente accesible de proteína, calcio y vitamina D yA, que son fundamentales no solo para

el crecimiento, sino que para fortalecer los huesos para los próximos años. Sin embargo, al igual que cualquier cosa buena, demasiada leche puede ser un problema. Además, algunos niños son alérgicos a la leche o no pueden digerirla adecuadamente.

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Tabla de crecimiento del bebé

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* Introduce los detalles de las últimas medidas de tu bebé ** Fuente: Organización Mundial de la Salud

La leche importa Las siguientes son algunas pautas para mantener a la leche en el lugar adecuado del menú.

  • Nunca se debe dar leche a los bebés menores de un año. Si no estás amamantando, dale a tu hijo fórmula comercial a base de leche de vaca. La fórmula rompe las grandes moléculas de la leche en piezas más pequeñas que son fáciles de digerir. La leche sin procesar, por otra parte, puede causar una reacción en el revestimiento del tubo digestivo del bebé que lleva a una constante y lenta pérdida de sangre. (Luego del año, un niño puede digerir la leche de manera más fácil y segura). Además, hay evidencia que indica que introducir leche prematuramente en la vida puede ser la causa de reacciones alérgicas más adelante.

  • Demasiado no es bueno. Algunos niños beben tanta leche que no tienen apetito para otras comidas y bocadillos más nutritivos. Pueden seguir subiendo de peso y crecer, pero no están recibiendo una dieta equilibrada. Los niños de entre uno y tres años necesitan entre 470 y 700 ml (dos a tres vasos de tamaño promedio) de leche por día. Sin embargo, la leche es insuficiente en hierro, fibra, zinc y otros nutrientes necesarios para el desarrollo de tu hijo.

  • No todos los niños pueden tolerar la leche. La verdadera alergia a la leche, en que el cuerpo forma anticuerpos para combatir la leche como si fuera una amenaza extraña, puede ser grave. Cuando un niño tiene esta alergia, en minutos, incluso una pequeña cantidad puede causar síntomas como vómitos, diarrea, picazón en la cara, boca o cuerpo entero, hinchazón de los labios y ojos, y trastornos respiratorios. Por suerte, las reacciones de esta gravedad son poco comunes, pero si tu hijo las tiene debes evitar darle cualquier cosa que contenga leche. Leer etiquetas pasa a ser una segunda profesión para los padres con hijos que tienen este tipo de reacción. Muchos niños superan esta alergia, pero si comienza luego de los tres años, es más probable que sea de por vida.

  • La intolerancia a la lactosa es más común que la alergia. Una forma de azúcar que se encuentra en la leche, la lactosa es difícil de digerir para muchas personas. La gravedad de la distensión abdominal, gases, y dolor abdominal con intolerancia a la lactosa depende de la cantidad de leche que se tome. Muchos niños intolerantes a la lactosa toleran productos como yogur y queso aunque no puedan soportar la leche sola. Puede que sea necesario cambiar a una fórmula a base de soja durante un breve lapso. Si tu hijo tiene intolerancia a la lactosa actual, consulta con tu pediatra para que te dé una alternativa a la leche.

  • La leche no les gusta a todos los niños. Si tu hijo rechaza la leche y no tiene evidencia de problemas digestivos o de alergia, prueba condimentarla con chocolate, frutilla, vainilla o algún otro favorito. Si tu hijo no toma leche, o no puede, sustituye con otros alimentos que tengan calcio, como el jugo de naranja fortificado con calcio, queso, yogur, requesón, tofu y sardinas con espinas. Puede ser necesario un suplemento de calcio, de acuerdo con la manera que tu hijo acepte otras fuentes de calcio.

  • Las llamadas bebidas saludables hechas de soja o arroz no son necesariamente nutritivas. Si no quieres darle leche a tu hijo, asegúrate de que el reemplazo que elijas sea fortificado con calcio y vitaminas A y D. Se han reportado casos aislados de raquitismo, una enfermedad por deficiencia de calcio que casi había desaparecido hace décadas por los suplementos de vitamina de la leche, porque los niños tomaban menos de estas bebidas menos aceptable en lugar de leche. Consulta con tu pediatra para asegurarte de que estás usando el producto adecuado para tu hijo.

¿Tomaste leche? ¿De qué tipo? Hasta hace poco, los pediatras recomendaban que los niños entre uno y dos tomaran leche entera, y luego de los dos años de edad, leche reducida en grasa. Esto se basaba en una creencia de que la grasa necesaria para el crecimiento cerebral y neural del segundo año de vida no se podía suministrar con leche reducida en grasa.

Sin embargo, un estudio reciente de Escandinavia, se dedicó a niños que tomaban leche descremada desde el destete hasta los cinco años y los comparó con aquellos quetomaron leche entera durante ese período. No hubo diferencia en el crecimiento o desarrollo neurológico.

La elección de qué leche dar puede depender de otros factores también, como por ejemplo, si tu familia tiene antecedentes de problemas de colesterol y ataques cardíacos precoces, y si tu hijo tiene problemas con el aumento de peso. Para recibir pautas sobre cómo elegir la leche, habla con tu pediatra, que te ayudará a decidir cuál es la mejor para tu hijo.